



El sistema iapd® se ha diseñado para la detección precoz de partículas en suspensión en el aire que forman nubes contaminantes. Se utiliza para detectar las emisiones contaminantes a la atmósfera en grandes espacios abiertos, y funciona en continuo de forma totalmente automática. Es un sistema altamente recomendado para detectar la contaminación e identificar a la empresa que la está generando. Funciona mucho mejor de noche que de día, y su alcance es de varios kilómetros en el caso más desfavorable.
iapd® tiene un alcance superior a 3 km de radio, dependiendo de la densidad de la nube contaminante. Detecta automáticamente pequeños penachos apenas visibles a 3 km (condiciones diurnas). El sistema hace un barrido de toda el área que vigila en menos de 3 minutos, por lo que detectará las emisiones que se acaban de producir, siendo capaz de identificar al infractor. El sistema proporciona una foto de la nube contaminante y guarda registro histórico de todas las incidencias detectadas.
iapd® está basado en la tecnología denominada Extracción de Señal Óptica Pseudoaleatoria y Eliminación de Ruido (ESOPER), o con el nombre más intuitivo de NeoLIDAR, ya que tiene alguna similitud con la conocida tecnología LIDAR. iapd® envía el denominado Haz Electromagnético Pseudo-Aleatorio Modulado (HEPAM) por encima de la línea de silueta delimitada por los edificios, naves industriales o fábricas del área a proteger (línea del horizonte). Este HEPAM normalmente se pierde en el infinito, y nada vuelve al sistema. Si, en un momento determinado, un penacho contaminante comienza a aparecer por encima del horizonte, el HEPAM impacta contra el y se produce el fenómeno de la dispersión electromagnética. Es decir, una fracción del HEPAM emitido es dispersado a 180º y viene de vuelta al sistema, donde es detectado. El software del sistema analiza la fracción del HEPAM recibida para evaluar si se trata de una falsa alarma. En caso de identificación positiva se envía una comunicación de alarma al correspondiente centro de control junto con fotos y/o vídeo de la nube contaminante, para que un responsable (operario) determine la gravedad de la situación y las acciones que sea preciso iniciar.
Obviamente el sistema se puede usar para detectar fugas de contaminantes dentro de un espacio determinado, para comprobar la emisiones de polvo en lugares donde se cargan/descargan o almacenan graneles (carbón, cemento, minerales, cereales...) o para obtener pruebas de emisiones no autorizadas por parte de industrias contaminantes.
Una representación gráfica del funcionamiento de iapd® se puede observar a continuación

Documentación de la Tecnología NeoLIDAR:
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Principales Características:
- iapd® está diseñado para detectar prematuramente fugas contaminantes a la atmósfera en espacios industriales, espacios forestales, puertos, zonas de carga/descarga y almacenamiento de graneles (carbón, cemento, minerales, cereales....).
- Una sola unidad iapd® puede cubrir un área muy amplia ya que su alcance es regulable, y se pueden añadir más unidades extendiendo con ello la cobertura abarcada. El sistema garantiza la detección en un área superior a 4.000 hectáreas. Dichas unidades son totalmente autónomas y automáticas y no requieren supervisión humana, más que cuando se produce la detección.
- iapd® puede funcionar 24 horas al día, 7 días a la semana (24/7) y su capacidad de detección es superior durante la noche.
- La capacidad de detección de nubes contaminantes radica en la captación de la luz dispersada por las partículas que la componen.
- El sistema envía el denominado Haz Electromagnético Pseudo-Aleatorio Modulado (HEPAM) por encima de la silueta delimitada por los edificios y almacenes si está ubicado en un espacio industrial (línea del horizonte). Normalmente el HEPAM se pierde en el infinito, pues no encuentra obstáculo. Cuando asoma por el horizonte un penacho contaminante, las partículas que lo componen dispersan el HEPAM que incide sobre ellas. Parte del HEPAM dispersado viaje de vuelta al receptor de iapd®, donde es detectado. Un cuiddoso análisis de la señal recibida determina si el penacho detectado corresponde a una alarma real.
- El sistema barre el área bajo su control continuamente y registra la señal que retorna a cada punto, pudiendo girar los 360º y escanear su zona de influencia en unos tres minutos.
- iapd® es insensible a otras fuentes de rayos infrarrojos, como la luz solar, luces artificiales, o sistemas de comunicación ópticos, de manera que solo responderá a sus propias emisiones de luz HEPAM.
- Cuando iapd® detecta la señal que identifica el penacho contaminante, captura una imagen de la zona de la cual procede y envía la información al Centro de Control. En el Centro de Control un operador debe tomar una decisión sobre la gravedad del incidente. Un sólo Centro de Control puede gestionar múltiples unidades y puede integrarse dentro de otros sistemas de control.
- Se puede ejercer el mando remoto del sistema desde el Centro de Control.
- El software de iapd® se puede actualizar remotamente, incluso su firmware. No es necesario acudir al lugar de instalación para actualizar los sistemas.
- iapd® envía al Centro de Control mensajes técnicos sobre fallos potenciales (batería baja, corte de electricidad...), a fin de facilitar las tareas de mantenimiento del sistema.
Un ejemplo típico de cómo funcionaría iapd® en un complejo industrial se muestra a continuación:
Vigilancia en puertos, complejos industriales, centrales térmicas...


El Sistema Automático de Detección de Contaminación en el aire que el Grupo iintegra ha desarrollado puede ser utilizado en diferentes ámbitos, como pueden ser los lugares de carga/descarga o almacenamiento de graneles (cemento, carbón, minerales, cereales...), los complejos industriales donde se produzcan emisiones no controladas de partículas contaminantes a la atmósfera, las centrales térmicas que queman carbón... Una única unidad puede cubrir grandes extensiones y proporciona una aviso puntual de la presencia de la nube contaminantes que se acaba de emitir. Además, la presencia de la nube en el cielo suele ser más duradera de lo que se aprecia a simple vista, ya que el sistema detecta penachos que el ojo apenas ve, sobre todo de noche.
Una de las ventajas que tiene el sistema radica en su escasa necesidad de recursos humanos involucrados en el control del espacio sobre el que éste se ubica. El sistema funciona en régimen de 24x7, y sólo hay que atenderlo cuando detecta contaminación. El resto del tiempo no necesita supervisión: él sistema avisa de cualquier posible alarma o anomalía técnica que se produzca: batería descargada, comunicaciones defectuosas... En ausencia de comunicación, el ordenador del Centro de Control avisa.
Además, el software de iapd® se actualiza remotamente, sin tener que acudir al lugar de instalación a volcarlo desde un ordenador portátil. Esto hace que muy pocas personas puedan operar y mantener en servicio una red de sistemas en pleno funcionamiento.
